El sonido de una batería recorre el proyecto, las imágenes palpitan a su ritmo.
Durante 20 años, Mireia Bordonada ha fotografiado las comunidades punk y skin de las cuales forma parte. Fotografías desde dentro, desde el roce de la piel, como un buen pogo.
La música se vuelve el eje central del proyecto, la banda sonora de los momentos trascendentales de una familia escogida: nacimientos, afectos, resacas y lutos. Lejos de fotografiarlo como un movimiento juvenil, las imágenes de Bordonada muestran un estilo de vida, una actitud irreverente, historias grabadas A Sangre!