A veces las cosas te detienen y te obligan a pensar. Puede ser la cosa más simple, un comentario, una motivación equivocada, una imaginación recién descubierta. Pueden ser cosas pesadas, una pandemia, un cuerpo que dice no a los cincuenta años de edad. Un infarto. Los fiordos se ven bonitos y acogedores. Pero siempre hay algo escondido debajo de la superficie.
Después del miedo y la conmoción iniciales, se te presenta la posibilidad de un camino completamente nuevo. ¿Qué pasa si en realidad no tienes que volver a tu antiguo yo? Quizás este sea el momento perfecto para comenzar de nuevo. Un ataque al corazón como el comienzo de algo.
Fiordos Occidentales. Comenzaré a verlos aunque haya vivido aquí toda mi vida, y prometo que soy nuevo y que tú también serás nuevo para mí. Ojos enfocados. Mente curiosa.