Nacido en Colonia y criado en Berlín, aprendí a amar en París. Me he formado como arquitecto, pero ahora trabajo como diseñador gráfico.
El abandono es el leitmotiv original de mi obra. No se trata de lugares abandonados o en decadencia, sino de lugares que aún están intactos y que aparentemente podrían ser devueltos a la vida en cualquier momento. Me gusta describir este abandono como "presencia perdida". Es una visualización de lo invisible.
Una fotografía es un escenario, un "escenario de la memoria" y, por tanto, puede leerse como un símbolo del tiempo. Pero un escenario es también un lugar de posibilidades. Me interesa esta idea y trato de plasmarla en el cuadro con objetividad y distanciamiento. El espectador de las fotografías se convierte en un espectador solitario frente a un escenario vacío, que permanece sin actor.